El éxito de un engorde de pollos depende esencialmente de la alimentación: que las aves coman pienso en suficiente cantidad y calidad para permitir su crecimiento a un ritmo adecuado.
En torno a esta idea giran todas las acciones de la industria: formulación óptima del alimento garantizando todas las necesidades del animal en todas sus fases de crecimiento, maximización de los estándares sanitarios para evitar que las enfermedades resten eficiencia al proceso, y un alojamiento ideal para que la falta de confort no perjudique el nivel de ingesta y el aprovechamiento de los nutrientes.
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