Por David Bono, Ingeniero Agrónomo, Responsable del Departamento Técnico de COPILOT System
El estrés por calor en el cebo de pollos es una de las principales preocupaciones en verano en nuestras latitudes. No sólo conlleva caídas en los consumos de alimento y alargamientos innecesarios de los tiempos de engorde, sino que también dispara los consumos de agua y el deterioro de la cama, además de provocar más bajas de las habituales en los casos más graves. Afortunadamente, el desarrollo de la tecnología ha permitido avanzar en la lucha eficaz contra el problema.
Los sistemas de ventilación forzada son claves para mantener densidades de alojamiento que permitan un mas rápido retorno de la inversión hecha en la construcción de la nave.
Tan sólo una simple corriente de aire ya ayuda a aliviar la situación de los animales. Sin embargo, en los casos más severos no puede pasarse sin un sistema de refrigeración. Los dos sistemas más habituales que se instalan en naves avícolas son los paneles de celdillas, cooling, y los sistemas de micronebulización.