El principal coste de engorde de un animal es el pienso. Sin embargo, ahora que son pocos los que todavía engordan animales por su cuenta, detrás de la posible hipoteca la factura que más destaca es la del gas.
¿Será la solución poner una caldera de biomasa? Es que tampoco son baratas que digamos… Quizás un ordenador que controle ventilaciones y ventanas nos ayude a ahorrar. Puede.
Muchas son las soluciones posibles, y para cada cual hay una particular y mejor. Hay que estudiar la situación en cada caso. Pero hay algo que no se puede obviar:
Sin un aislamiento adecuado todo lo que calentemos (o refrigeremos) será en balde, tirar el dinero.
Es básico, para que el control ambiental sea rentable, reducir al máximo las pérdidas de calor (y frío) de la nave al máximo: asegurarse que puertas y ventanas cierren de forma estanca, y que éstas integren materiales de baja conductividad térmica, como también en techos y paredes.
Una nave bien aislada sólo hay que calentarla una vez. Una mal aislada requiere la calefacción encendida desde el primer hasta el último día. Y en verano, cuando le llega el turno a la refrigeración, también hay que frenar el calor de fuera por todos los medios. Algo tan simple como como pintar paredes y tejados de blanco reducirá espectacularmente los efectos del Sol de mediodía.